Es importante saber cómo era nuestro país y cómo se hallaba el mundo en el
año 1940.
El 24 de setiembre de 1940, fecha de fundación de nuestra entidad, gobernaba el general Higinio
Morínigo en sustitución del mariscal
(póstumo) José Félix Estigarribia, quien había fallecido trágicamente en ejercicio de sus
funciones presidenciales, pocos días antes,
el 7 de setiembre, al precipitarse a tierra el avión en que viajaba. Con él murieron su esposa,
Julia Miranda Cueto de Estigarribia, y
el piloto, héroe del Chaco, Carmelo Peralta.
El mundo entero estaba convulsionado, pues un año antes, exactamente el 1 de setiembre de 1939,
Alemania había invadido Polonia con lo cual se desencadenó la Segunda Guerra Mundial.
Eran tiempos difíciles en lo político y lo económico, pero en ese marco también afloró un sector
privado dinámico que comenzó a entender que la creación 17
de gremios fortalecería la labor del empresariado en general por sobre los esfuerzos individuales.
El 20 de setiembre de 1936 había sido creada la Unión Industrial Paraguaya (UIP) y el 25 de
setiembre de 1939 se fundó el Centro de Importadores del Paraguay, entre otros gremios.
En ese entonces, el transporte fluvial en el Paraguay en su conexión con el mundo estaba manejado
por empresas extranjeras. Los armadores paraguayos se dedicaban más bien a la navegación de
cabotaje.
La Guerra Mundial determinó el aumento de la demanda de productos de exportación paraguayos, como
carne, granos y algodón, según consigna la doctora Zulma Espínola González en su libro Historia
económica del Paraguay (El Lector, 2011).
En los años 60 se renovaron las negociaciones procurando un acuerdo que garantizara en forma
equitativa la libre navegación de los ríos. El Paraguay quería el mismo tratamiento que se les
daba a los barcos brasileños, que estaban exentos de la obligación de incorporar a su tripulación
personal argentino y además estaban libres de otras disposiciones que, en cambio, debían cumplir
los buques de bandera paraguaya.
Las negociaciones fueron muy duras hasta que el 23 de enero de 1967 los cancilleres Raúl Sapena
Pastor, del Paraguay, y Nicanor Costa Méndez, de la Argentina, firmaron el Tratado de Navegación
entre ambos países, gobernados entonces por dos generales: Alfredo Stroessner y Juan Carlos
Onganía.
Dicho tratado estableció una comisión mixta argentino-paraguaya para favorecer la fiscalización
aduanera que aseguraba la solución negociada de las disputas entre Buenos Aires y Asunción.
De acuerdo con la opinión del actual presidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos del
Paraguay, Juan Carlos Muñoz Menna, el Tratado de 1967 marcó un hito en la navegación para el
Paraguay.
“El Tratado de Libre Navegación fue indudablemente un logro más que importante para lo que es la
soberanía nacional en cuanto al libre tránsito de sus mercaderías”, según Muñoz Menna.
Antes de eso, los buques paraguayos debían tomar prácticos argentinos ya en la ciudad de
Corrientes.
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